El gobierno municipal de València (PP y Vox), en su indecente exigencia, pide un permiso a los “Amigos de la Calle”, para que repartiendo alimentos puedan saciar el hambre de los que no tienen nada. Y eso en Navidad La alcaldesa de València, la señora Mª José Català y el concejal responsable de la Policía Municipal, habrían de dar la cara ante semejante atropello con la gente que pasa hambre y pedir perdón por esa medida tan inmoral e indecente Amigos de la Calle” lleva 16 años repartiendo comida y nunca habían tenido ningún problema con los anteriores consistorios. Pero en estas fechas tan familiares (seguro que la alcaldesa de València habrá cantado el “Noche de Paz, Noche de Amor”), la Policía Municipal de València ha obligado a desmantelar el reparto de comida para 70 familias necesitadas
Sí, no tienen vergüenza los responsables municipales que han ordenado a la Policía Municipal de València, que desmantele el reparto de comida para familias necesitadas en la capital del País Valenciano, con el ridículo argumento de “no tener permiso” (Levante, 26 de diciembre de 2023). Y es que el gobierno municipal de València (PP y Vox), en su indecente exigencia, pide un permiso a los “Amigos de la Calle”, para que repartiendo alimentos puedan saciar el hambre de los que no tienen nada. Y eso en Navidad, cuando la alcaldesa de la ciudad y los concejales del PP y Vox cenarán y almorzarán ovíparamente, mientras desprecian a los más pobres, exigiendo, además, un permiso vergonzoso a la asociación “Amigos de la Calle”, que son los que se preocupan de los más necesitados. Por eso la alcaldesa de València, la señora Mª José Català y el concejal responsable de la Policía Municipal, habrían de dar la cara ante semejante atropello con la gente que pasa hambre y pedir perdón por esa medida tan inmoral e indecente. Y es que ante el problema del hambre, no vale todo, como pedir un ridículo permiso para poder dar de comer al hambriento. En su hipocresía, la alcaldesa de València y el equipo de gobierno del Ayuntamiento, hoy, seguro que también pedirían un permiso a Jesús para que saciara el hambre de la multitud que le seguía. Es indecente e infame, que la Policía Municipal de València (habría de saberse qué concejal ha dado esa orden vergonzosa e inmoral), haya acudido a la zona de reparto de alimentos, obligando a quitar las mesas que los “Amigos de la Calle” habían puesto para repartir bolsas con comida para la gente más necesitada, aunque sí ha permitido (¡que generosidad tan grande!), terminar el reparto desde la furgoneta.
La asociación “Amigos de la Calle” lleva 16 años repartiendo comida y nunca habían tenido ningún problema con los anteriores consistorios. Pero en estas fechas tan familiares (seguro que la alcaldesa de València habrá cantado el “Noche de Paz, Noche de Amor”), la Policía Municipal de València ha obligado a desmantelar el reparto de comida para 70 familias necesitadas. Los agentes (obedeciendo una orden vergonzosa), han reclamado los permisos a la entidad y han desmontado el reparto, con el absurdo argumento de “obstruir la vía pública”. Esta asociación ha enseñado a la Policía Municipal el permiso (¿hace falta un permiso para dar comida al hambriento?), del anterior consistorio (Compromís y PSOE), que reconocía la labor social de esta entidad. Pero la Policía Municipal lo ha rechazado al considerar que no es válido. “Amigos de la Calle” es una entidad que reparte comida para personas sin hogar, los domingos, y para familias necesitadas, los miércoles. Hasta el momento, el arzobispo de València no ha denunciado este atropello del Ayuntamiento. Si el cardenal Cañizares tenía una gran simpatía con el PP i Vox (diciendo incluso que éste último partido no era de extrema-derecha), no quisiera pensar que el actual arzobispo tenga también esta connivencia con estos partidos que maltratan a los más pobres.
Tampoco el señor Nacho Grande (exdirector de Cáritas de València), actual Secretario Autonómico de Familia y Servicios Sociales, no ha abierto la boca para denunciar el atropello de su partido, el PP y de Vox, con las personas más vulnerables de la sociedad valenciana. Y es que estos señores viven confortablemente, comen y duermen bien y no se acuerdan de los pobres, mientras hay gente que pasa hambre. Y no solo no solucionan este problema, sino que crean problemas exigiendo permisos a la gente que, desinteresadamente, alimenta a los hambrientos. El señor Roberto Prades, vicepresidente de “Amigos de la Calle”, ha encontrado “injustificable” esta medida vergonzante del Ayuntamiento de València, ya que “no estamos impidiendo la circulación, ni molestando a nadie”. Esta acción inmoral del Ayuntamiento de València (que hasta el momento no ha dado la cara ni ha pedido perdón), no es la primera que ha tenido lugar estos días. Hace dos semanas, “varios agentes prohibieron el reparto de comida en el río Turia, por parte de la entidad, “Ayuda a una familia”, que daban alimento a 650 personas sin hogar” (Levante, 15 de diciembre de 2023). Cuando solo hace unos días, el papa Francisco felicitaba la Navidad a los 4000 pobres que cenaron delante del Congreso, en Buenos Aires (Religión Digital, 26 de diciembre de 2023) y cuando el P. Ángel ha organizado la cena de Nochebuena para 100 personas sin hogar en el Teatro Real (Religión Digital, 24 de diciembre de 2023), el Ayuntamiento de València pone trabas (exigiendo un absurdo permiso) a los que alimentan a los que tienen hambre. Cuando el papa, cada año, nos convoca a celebrar la Jornada Mundial de los Pobres, el Ayuntamiento de València pide permisos para alimentar a las familias necesitadas.
Los responsables (la alcaldesa de València y el concejal de la Policía Municipal), de semejante atropello contra los Derechos Humanos, son los mismos que ocupan los primeros bancos en la misa del día de la Virgen de los Desamparados, mientras dejan desamparados a los hambrientos. Los responsables de semejante atropello, son los mismos que asisten, con sus medallas y bandas municipales, a la procesión del Corpus en la ciudad de València, queriendo honrar al Cuerpo de Cristo en la custodia, mientras maltratan el Cuerpo de Cristo presente en los pobres. La vergüenza de pedir un permiso para dar de comer al hambriento, me recuerda cuando los escribas y fariseos se escandalizaban de Jesús porque había curado en sábado. La alcaldesa y el concejal responsable de prohibir alimentar a los pobres, son los nuevos escribas y fariseos que ocupan un cargo (que no merecen), en el Ayuntamiento de València.
Los políticos están para resolver los problemas de los ciudadanos. No para crear nuevos problemas, ni tampoco para impedir que los que hacen el trabajo que habría de hacer el Ayuntamiento de València para erradicar la pobreza, se vean impedidos con estúpidos permisos, para poder aliviar el hambre de la gente que pasa necesidad. Desearía que el arzobispo de València denunciara este atropello del Ayuntamiento de la capital del País Valenciano para con los pobres. Y especialmente de la alcaldesa y del concejal de la Policía Municipal. Su silencio sería (como lo era el del arzobispo Cañizares con el PP y Vox), un insulto a los pobres y a las asociaciones que dan de comer al hambriento. El primer acto de este Ayuntamiento (PP y Vox), al frente del cual está la señora Mª José Catalá, el mismo 17 de junio, en recibir la vara de mando de alcaldesa, fue acudir a la basílica de la Virgen de los Desamparados. El rector de la basílica, Melchor Seguí, que recibió a los concejales del PP con la alcaldesa al frente, aquel 17 de junio, dijo que “la Virgen de los Desamparados intercederá por usted, para que acierte en el gobierno en la justicia y en la equidad, sobre todo en la atención a los más débiles y vulnerables” (esDiario.es 17 de junio de 2023). La alcaldesa de València también puso en la Sala Noble del Ayuntamiento la imagen de la Virgen de los Desamparados, que el anterior gobierno (Compromís y PSOE) había puesto en otro lugar, ya que según el PP, Joan Ribó, alcalde durante 8 años, había despreciado la religión católica.
Pero la alcaldesa de València (y el concejal responsable de la Policía Municipal), tan devota que se mostraba de la Virgen de los Desamparados, deja desamparados a los que hoy pasan hambre, para vergüenza de los que gobiernan la capital del País Valenciano. Y es que el Ayuntamiento de València no solo no evita el hambre, sino que pone trabas a aquellos que reparten alimentos a la gente necesitada. La alcaldesa y los concejales del PP y de Vox, habrán de oír de Jesús, no solo: “Tuve hambre y no me disteis de comer”, sino que también que dificulten el trabajo de los que dan de comer al hambriento. Por eso, en la próxima fiesta de la Virgen de los Desamparados y del Corpus, el arzobispo de València habría de prohibir que estos hipócritas que ponen trabas a los que hacen el bien, participaran en la Missa d’Infants y en estas procesiones. Porque los que desprecian a los pobres, están despreciando a la Virgen de los Desamparados y al Cuerpo de Cristo, que son todos aquellos que pasan hambre.